Si se trata de encontrar la culpa de la desgracia de muchos, esta puede ser
impuesta al sistema capitalista que sólo quiere mantener el rico más rico.
Con tal creatividad, este sistema tiene la audacia de inventar patrones y
las personas que no los siguen, se sienten empujadas a fuera de la sociedad.
Por lo tanto, se esforzán incesantemente para ser lo que las marcas, los
modelos, las etiquetas y los anuncios
dicen. Abrazan el discurso de lo que ellas
deberían ser, como si fuesen
controladas y esclavizadas, sin su propio sentido de originalidad.
Para estas personas la felicidade es
consumir la idea de que la felicidad
consiste en tener algo que representa un status.Y así van viviendo de
simulaciones...
Sólo descubriendo quién son en realidad, pueden ser emancipadas y con eso
romper con el sistema. Tienen que darse cuenta de que están representando y que
a menudo no van a encontrar la felicidad en las cosas que se acumulan espejadas
en los pocos ricos.
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