Desde su niñez siempre su sueño
ha sido descubrir el mistério de las cosas y porque las cosas no eran de otra
manera. La curiosidad era una especie de motor que no paraba de funcionar, y
eso la había dejado siempre como si sus
ojos, cargados de tensión absoluta, fuesen dos luceros haciendo búsquedas,
mientras una pregunta que ella se le hacía todos los días le poblaba la cabeza:
¿ Lo que voy a inventar hoy?
Le gustaban las muñecas, pero
no las trataba como las otras chicas, una vez las quitó los brazos y las
piernas y después preguntó a su padre lo porque ellas no tenían la sangre en
sus cuerpos, pues parecían humanas.
Su padre, con una sonrisa de
paciencia, le dijo que ellas solamente eran muñecas, pero siempre la respuesta
nunca la había dejado satisfecha, siempre replicaba: ¿ Por qué no pueden
inventar una muñeca con la sangre en las venas?
Con esa replica el padre pensó
que ella iba a ser médica...pues ella tenía una voluntad rara de saber como los
cuerpos funcionaban, pero estaba engañado.
Pasados unos pocos días,
parecía que se había olvidado de las muñecas, pues en aquél momento ha
preguntado a sua padre, lo porque las casas tenían los techos iguales. Él padre
suspiró y le pregunto, como ella quería que fuesen los techos de las casas.
Ella, llena de imaginación, le respondió que podrían ser con formas distintas
como estrellas, lunas, pájaros, mariposas...Con una cara que se mostraba muy
sorprendida, su padre le preguntó porque ella quería estas formas.
- ¡Mira
papá!, porque serían diferentes, porque no serían tan iguales: Una casa con
techo de mariposa, imagina cuantos colores pueden ser pintados y mezclados... y
una casa con techo de luna, ¡imagina
el color de plata purpurina que puede ser usado!
El
padre pensó consigo mismo: Solo tiene 7 años y ya quiere cambiar el mundo con
tantas ideas de como el debe ser, una revolucionaria, creo que esa será la
profesión de mi hija.
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